Barcelona brinda al turista una ciudad con innumerables bellezas artísticas. Puede comenzar con la visita de la Ciudad Vieja (Ciutat Vella), sugestiva zona ocupada por el Barri Gotic, rico en atracciones. La primera etapa es el punto más alto del Barrio, en el que se encuentra la Catedral: un edificio del trescientos en estilo gótico, terminado recién en el siglo XIX; en su interior se encuentra la valiosa Capilla del Santísimo Sacramento y la cripta con el sarcófago de Santa Eulalia, patrona de la ciudad; adyacente a ésta última se encuentra el claustro gótico. Con pocos pasos se llega al Palau Reial Maior: un conjunto de importantes edificios, sede de la Inquisición y de los reyes de Aragón y Castilla, en el cual se puede admirar el

inmenso “Tinell”, salón medieval de 35 metros.En el cercano Barri de la Ribera, se recomienda visitar la espléndida Iglesia de Santa María del Mar, de estilo gótico catalán, y el Palau de Música, edificio modernista con una cúpula revestida con vitrales historiados. Naturalmente no se puede dejar de recorrer las famosas "Ramblas", corazón de la ciudad, tanto de día como de noche: cinco avenidas arboladas que forman una sola única calle, de más de un kilómetro, que terminan prácticamente sobre el mar, frente al monumento a Cristóbal Colón. En la zona del puerto merecen una visita la pintoresca Barceloneta, viejo barrio de pescadores, y la Ciudad Olímpica, zona reformada en ocasión de las Olimpiadas de 1992, con la recuperación de la playa y la creación de hoteles, bares y restaurantes. Un discurso a parte merece Eixample, área designada en 1854 para contener la expansión de la ciudad (en catalán “eixample”), más allá de las demolidas murallas medievales. En esta zona, edificada con manzanas regulares, dieron rienda suelta a sus ideas los revolucionarios arquitectos modernistas, regalando a la ciudad obras realmente increíbles. También merecen una visita las 150 casas modernistas del "Cuadrado de oro" y las obras de Antoni Gaudì, que aquí ha dejado muestras clamorosas de su genio. Suyo es uno de los símbolos de Barcelona: la gigantesca y absurda Sagrada Familia. El edificio -comenzado en 1882 y jamás concluido- conserva las cenizas del artista y se recorta en el paisaje de la ciudad con sus altísimas torres con agujas.
Un lugar particularmente amado por los barceloneses es la colina del Montjuïc, donde grandes y pequeños pasan placenteras horas, visitando prestigiosos museos e importantes fundaciones, y relajándose en los parques de diversiones y en los teatros; la colina ha sido también la sede principal de las Olimpiadas de 1992.
Estas son las principales áreas expositivas presentes en la ciudad:

Instalado en los palacios Berenguer d’Aguilar y Barò de Castellet i Meca, y creado gracias a importantes donaciones, comprende la obra juvenil de Pablo Picasso.

Reúne las obras de arte del maestro catalán y de varios artistas contemporáneos.

En la gótica Casa Clariana Pade se pueden apreciar documentos y objetos que narran la historia de Barcelona.

Ubicado en el Palau Nacional, reúne la colección de objetos románicos más famosa del mundo y un importante conjunto de frescos medievales.

En los antiguos astilleros navales se narra la historia de la navegación catalana, a través de un fascinante recorrido.

La rica colección Thyssen – Bornemisza, del Medioevo al Barroco, se encuentra en un conjunto de edificios góticos monásticos, en la zona alta de la ciudad.

Es el museo de uno de los clubes más fuertes de Europa, rico en objetos y recuerdos: una etapa obligatoria para los apasionados del fútbol.

En el sorprendente Parc Guell se encuentra una casa-museo con obras y objetos de Gaudì.

Romanticismo, realismo y modernismo del arte catalán.